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lolo Manuel de la Fuente Vidal

«El pop antes del POP» (Manuel de la Fuente Vidal)

No crean amigos, antes del POP sesentero y con mayúsculas el pop ya existía. Estaba en la música para bodas, bautizos y comuniones de las big band de Count Basie y Glenn Miller, y estaba en las voces y las canciones de Frank Sinatra, Tony Bennett, Dean Martin, Perry Como, Frankie Laine, Bing Crosby y actores y actrices como Fred Astaire, Judy Garland y hasta Marilyn Monroe, que grabó unas cuantas tonadillas sensuales y dulzonas.
La explosión del rock and roll arrinconó este estilo que empezó a ser conocido como música standard, mayormente porque las canciones de unos y otros se parecían entre sí como dos (y hasta tres) gotas de agua. Los cantantes del pop anterior al pop gozaron en algunos casos de una popularidad descomunal, Tony Bennett y Frankie Sinatra, sobre todo, y ya supieron de los gritos y el acoso de los fans que luego vivirían en sus carnes Elvis y los Beatles.
220px-TonyBennett210-1000La música standard era romántica, moderadamente optimista, se nutría del jazz, del swing, y creció al amparo de aquellos Estados Unidos que ganarían la guerra. Música para las parejas, música para las radios, para los casinos de Atlantic City y Las Vegas. Muchos rockeros crecerían oyendo en las emisoras estos cancioneros. Y también algunos nuevaoleros como Elvis Costello, admirador apasionado de Bennett: «No es por dármelas de kitsch, pero Tony Bennett es un cantante que emociona con su sinceridad, y esa es la verdadera clase, el verdadero estilo. El sí que es auténticamente moderno. Los demás sólo hemos intentado imitarle».
A sus 84 añazos, Tony Bennett (el nombre fue cosa de su descubridor, Bob Hope, que él nación Anthony Dominick Benedetto, en el neoyorquino barrio de Queens) mantiene viva la deliciosa (a veces algo cursi) llama del pop anterior al POP. Música para caldear los ánimos de aquellas generaciones que no tuvieron la suerte de crecer con Presley y compañía. Canciones que hoy se escuchan con la candidez que da la distancia, con la nostalgia de un tiempo en el que la música se escuchaba con un cigarrillo en los labios y un trago de bourbon o ginebra en la mesa. Canciones de otro tiempo, canciones hechas completa y maravillosamente a mano.