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 JAM Montoya

Fotos © JAM Montoya

«Sobre la vocación» (JAM Montoya)

Publicado en El Arte Trágico

En toda reflexión sobre un medio cualquiera que sé elija como expresión artística debe de plantearse una cuestión fundamental y primigenia: ¿Por qué vamos a dedicarnos a determinada disciplina y que esperamos a cambio de esa dedicación?
Cuando en ocasiones he tenido la oportunidad de conversar con un autor incipiente que me parecía interesante, he formulado estas cuestiones por pura curiosidad. Las respuestas siempre fueron parecidas salvo algunas matizaciones. La gran mayoría tenían la esperanza de poder vivir de su arte, otros, los más idealistas, anteponían el éxito, el reconocimiento, la fama para terminar con el deseo fervoroso de también poder vivir de su facultad. Pero curiosamente, escasos han sido los pretendían hacer arte por el puro placer de hacerlo, sin esperar nada a cambio, o sea, hacer arte a fondo perdido.

Esta necesidad absoluta de una dimensión pragmática que subyace en todo lo que hacemos, influenciada o impuesta por la propia estructura social y que en principio parece licito y humano, en arte también puede resultar una trampa.
Muy pocos son los artistas que he conocido que al margen de las concesiones que el mundo pueda otorgarles, sientan la plenitud y el deleite por el hacer cotidiano, de ahí, el abandono de unos y las frustraciones de otros cuando sus motivaciones se ven truncadas por no ser alcanzadas las cotas, que erróneamente, ellos mismos se marcaron.

A los que ahora vais a comenzar por este peculiar camino quiero deciros que a lo largo de la vida somos atrapados y desgarrados por diversas trampas, y el arte puede ser una de ellas, algunos artistas tienden a plasmar aquello que complace o complació al público anteriormente, escuchan elogios y se los creen, pero en realidad solo existe un juez definitivo de un artista, y es el propio artista.
Cuando este se deja seducir por los críticos, editores, galeristas, directores de museos y el público en general está acabado, y desde luego, cuando se deja llevar por su fama y fortuna, puedes dejarlo flotar rio abajo con la mierda de los vertederos que no se notará que va entre los detritus.

Si vas a intentar dedicarte al arte, llega hasta el final, asegúrate con frialdad que tienes cualidades, de lo contrario no empieces siquiera, tal vez suponga perder novias, esposa, familia, trabajo y hasta la cabeza, tal vez suponga no comer ni dormir durante varios días, tal vez suponga humillación, desprestigio, desdén y el aislamiento. Pero el aislamiento es el premio, todo lo demás es para poner a prueba tu resistencia, tus autenticas ganas de hacerlo y el convencimiento de lo que haces. A pesar del rechazo y de las ínfimas probabilidades será mejor que cualquier otra cosa que pudieras imaginar.

Si vas a intentarlo llega hasta el final porque no existe una sensación igual, estarás solo con los dioses y las noches arderán en llamas, llevarás las riendas de la vida y llegarás a la autentica armonía y a la risa perfecta. En realidad es por lo único que merece la pena luchar y nunca olvides que para permanecer fuera de los circuitos oficiales del arte, precisamente hay que ser un gran artista.

JAM Montoya Publicado en El Arte Trágico

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JAM Montoya ha mantenido actividades diversas dentro del ámbito fotográfico como creativo, investigador y docente. Ha impartido clases en diferentes centros y cursos académicos en la Universidad de Extremadura: “Interpretación fotográfica de la luz “, “Iluminación de interiores”, así como conferencias: “Sobre la creatividad”, “Motivación para la imagen y el estímulo visual”, “La razón de una obra”, “Ciencia, Arte y Religión”, “Cualidad de la forma”, “La identidad”, etc. Su labor docente también ha versado sobre fotografía aplicada a restauración de obras de arte y conservación de archivos fotográficos, dirigida a especialistas en arte y patrimonio. Su obra ha sido motivo de debate en congresos universitarios y tema de investigación en memorias de licenciatura y tesis doctorales.

Su aportación en un aspecto puramente técnico, radicó en la investigación y creación de dos nuevos procesos de fotomontaje o manipulación de la imagen: Proceso CUFY y Sistema de Altura, materializados en sus series fotográficas El Espacio Integrado (1985) y Gestáltica (1988).

En 1990 obtiene la Beca de Artes Plásticas de la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura.(De su Web)